Los dos conjuntos de datos divulgados en la edición 2024 de las "Pautas chinas para la prevención y el control de la hipertensión 2024" invitan a la reflexión: la prevalencia de la hipertensión en adultos mayores de 18 años en nuestro país ha alcanzado el 27,9% y el número de pacientes ha superado los 340 millones, lo que equivale a 3 de cada 10 adultos. Lo que es más digno de atención es el cambio del espectro de la enfermedad: la hipertensión está rompiendo el marco de la "enfermedad geriátrica" en la cognición tradicional y acelerando su penetración en los grupos de jóvenes y de mediana edad.
Bajo la influencia de la vida moderna acelerada, los estilos de vida poco saludables como los hábitos alimentarios altos en sal y grasas, la falta de ejercicio a largo plazo, el quedarse despierto hasta tarde y el exceso de trabajo convierten a los jóvenes y a las personas de mediana edad en un grupo de alto riesgo de hipertensión. Y en comparación con los ancianos, la elasticidad vascular de las personas jóvenes y de mediana edad es relativamente buena, cuando el aumento repentino de la presión arterial causado por el impacto de los vasos sanguíneos más violentos, lo que sin duda aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, etc., una grave amenaza para su vida y su salud.